Via Crucis consta de breves comentarios a las catorce estaciones del Via Crucis, nacidos de la oración personal de San Josemaría.
En palabras de Álvaro del Portillo, su sucesor al frente del Opus Dei, «esta obra fue preparada para ayudar a hacer oración y, con la gracia de Dios, para crecer en espíritu de compunción –dolor de amor– y de agradecimiento al Señor, que nos ha rescatado con el precio de su sangre».
Cuando tenía veintitrés años, la hermana Guadalupe fue destinada a Belén como parte de la misión apostólica que la Familia Religiosa del Verbo Encarnado realizaba allí. Comenzó entonces una aventura que, catorce años más tarde, la llevaría a Siria, hasta entonces el país más pacífico de Medio Oriente. A los pocos meses de llegar estalló un ataque cruel por parte de grupos islámicos extremos, con los cristianos del país como principales víctimas.
Testigo y protagonista de la fe y la esperanza con la que todos los días los creyentes de Alepo enfrentan la persecución y la muerte, la hermana Guadalupe nos ofrece un relato cargado de historias, imágenes y reflexiones que nos hacen conocer desde adentro una de las peores guerras de la historia.