Ana nace en Frankfurt (Alemania) en 1929. Es la hija menor de Otto y Edith Frank, de origen judío. Siendo Ana muy pequeña, toda la familia debe escapar a Ámsterdam. Pero tampoco están a salvo en esta ciudad tras la invasión de Holanda por los nazis en 1940. Para no ser enviados a un campo de concentración, los Frank y algunos amigos se esconden en la Casa de Atrás, una especie de almacenes traseros del negocio de mermeladas del señor Frank.
Durante el encierro, Ana comienza su diario. En él describe con sinceridad la vida cotidiana, a veces muy difícil, entre los refugiados: el carácter de cada uno, las relaciones con sus padres y hermana, la manera de conseguir comida, los sobresaltos cuando temen ser descubiertos, el amor que llega a su corazón adolescente…
Es una narración llena de viveza y de confianza en el futuro, que demuestra la sensibilidad de esta niña de 15 años, que destacó por la superación del miedo y su compañerismo.
En 1868, el joven Antoni Gaudí llega a Barcelona para estudiar arquitectura, la pasión de su vida. Su afán de superación se evidencia en sus obras: interpretó el arte de una forma tradicional y a la vez revolucionaria.
Se inspiró en la naturaleza para crear unas formas inéditas en arquitectura, y las plasmó con la ayuda de técnicas artesanales de manipulación de los diversos elementos, como cerámica, piedra y hierro forjado.
A lo largo de su vida proyectó numerosos edificios, y dedicó sus últimos años a la Sagrada Familia, vivo testigo de su lealtad por el trabajo. Su autonomía creativa sentó las bases del arte actual. Ningún otro arquitecto de los tiempos modernos ha tenido en vida o después de su muerte tanta popularidad.