“¿Por qué es necesario ir a Misa para ser cristiano?”. Esta pregunta, característica de quienes se definen como “católicos no practicantes”, da pie a las doce cartas entre cielo y tierra donde el autor ofrece su respuesta. En lenguaje accesible y a través de episodios de la vida personal y pasajes bíblicos, se explica la celebración eucarística como un acto de culto en íntima relación con la vida cotidiana y como máxima expresión, además, de la belleza de Dios.
Jorge soñaba con ser millonario antes de los 30. Tenía todo para lograrlo: familia, educación, mente brillante y tremenda capacidad de esfuerzo y sacrificio. Era una promesa en vida. Pero enfrentó la tentación del dinero y el poder: se dejó seducir por un grupo de empresarios colombianos y puso su cerebro financiero al servicio del narcotráfico internacional. Años después los llamarían el Cartel de Medellín.
Conoció la cárcel, la tortura y la traición. Envidiaba a las personas que podían ser felices con una vida simple. Hoy disfruta del lujo de ser un hombre común. Y comparte su testimonio para ayudar a la gente a no caer en la trampa de buscar sentido donde no hay nada.
Este título ofrece una semblanza de G. K. Chesterton y una guía sintética de sus obras. En él se habla de todos sus libros, se comentan extensamente los más importantes, y se intenta dar una idea completa de su categoría humana e intelectual, de su modo de pensar y argumentar tan convincentes, y de su personalidad y estilo tan singulares y atractivos.
¿Qué es el cielo? ¿Qué es el infierno? ¿Existe el demonio? ¿Son realidades de nuestra existencia o simple charlatanería? La autora investiga y profundiza la realidad sobrenatural del cielo y el infierno. Nos descubre, con sorprendente facilidad, todo lo que el catolicismo explica al respecto, incluyendo entrevistas a renombrados exorcistas del Vaticano y testimonios sobrecogedores de personas que han sobrevivido para relatarnos lo que experimentaron sobre «el más allá».
Correr para vivir no es solo una historia sobre África ni siquiera un relato sobre atletismo, entrenamiento o sobre las Olimpiadas… Es la biografía de un joven que aun teniéndolo todo en contra es capaz de perseguir un sueño a todas luces inalcanzable.
En este libro, Lopez Lomong nos cuenta cómo pasó de ser un pobre niño soldado en la guerra civil de Sudán a convertirse en atleta olímpico norteamericano esponsorizado por Nike; de cómo sobrevivió sin familia al terrible campo de refugiados de Kakuma y de cómo logró salir de allí evitando así un futuro abocado a la desesperanza.
La vida de Lomong es una prueba de que, en la mayor oscuridad, Dios puede hacer brillar la luz y ofrecer esperanza a los que la han perdido. Un ejemplo de valor, trabajo duro y tenacidad para alcanzar los propios ideales.
Lopez Lomong nació en Kimotong, un pequeño pueblo del sur de Sudán en 1985; a los 6 años fue secuestrado por unos soldados rebeldes de los que pudo escapar y llegar a un campo de refugiados en Kenia. Diez años después, se le presentó la oportunidad de su vida y fue adoptado por una familia de Estados Unidos. Allí siguió aprendiendo cómo correr y tras un duro entrenamiento, en 2007 llegó a ser atleta profesional. Ha participado en las Olimpiadas de Beijing 2008 como abanderado, y también en las de Londres 2012. Dirige una fundación para llevar esperanza a su tierra natal.
El dinamismo de la persona humana responde a dos vertientes, entre las cuales puede haber tensión, pero sobre todo cooperación e integración. La primera vertiente es la espiritual y consiste en la tendencia a la verdad y al bien universales, cuya manifestación y cumplimiento últimos no se alcanza en la experiencia del mundo. La segunda responde a la encarnación en un cuerpo, que posibilita y condiciona a la vez las dimensiones psíquica, social y cultural de la vida de cada ser humano. Cada vertiente quedaría abstracta si se la tomara por separado. La concreción de la vida personal implica atender a ambas en su mutua imbricación. Ni un espiritualismo desencarnado ni un reduccionismo biológico, psicológico o cultural harían plena justicia a la realidad vital y existencial del ser humano.
Daniel quiere ser detective y está convencido de que tiene lo que necesita para convertirse en un buen detective. Incluso tiene su primer caso: descubrir quién se ha comido su sándwich de queso. Daniel sigue todas las pistas y toma nota de ellas en su cuaderno. Pero, ¿será valiente como para llegar hasta el final y dejar el caso cerrado?