Bernadette Soubirous. Encuentros con el amor
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Bernadette Soubirous era la hija mayor de un humilde molinero. Con 14 años, el 11 de febrero de 1858, se le apareció una bella señora en una gruta de las afueras de Lourdes, cuando iba a buscar leña. La señora la citó varias veces consecutivas y le fue revelando poco a poco su mensaje y, finalmente, su nombre: la Inmaculada Concepción.
Bernadette, prácticamente analfabeta, pero muy piadosa y poseedora de una gran valentía, tuvo que sufrir mucho. Casi nadie le creía, pero ella mantuvo una firme lealtad y mostró sinceridad al transmitir el mensaje de la Señora.
En 1862 la Iglesia Católica dictaminó solemnemente la veracidad de las apariciones. Pronto estuvo levantada una basílica en honor a la Señoa.
En 1907, Pío X declaró la festividad de Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero) como fiesta universal de la Iglesia. Bernardette due canonizada por Pio XI el 8 de diciembre de 1933, día de la Inmaculada Concepción.
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La vida de Julio César representa el liderazgo de un hombre que llevő al Imperio Romano a una gran expansión territorial y cultural. Su decisión en la conquista de las Galias inspiró en las fieles legiones que lo seguían el valor necesario para la lucha. Pero Julio César no se detuvo en las Galias, sino que, llevado por su afán de superación, legó a cónsul de Roma y realizó importantes reformas que llevaron a la República romana a uno de los mejores momentos de su historia.
Carlomagno (742-814), rey de los francos y emperador de Occidente, buscó, desde los inicios de su reinado, la integración de los distintos pueblos europeos en un proyecto común de construcción del Imperio carolingio. Gracias a su espíritu de liderazgo, su política de protección al papado y el impulso a la cultura y las artes latinas, contribuyó a sentar las bases de la futura identidad europea.
La vida de Agustin de Hipona consistió en la superación continua de todo aquello que lo apartaba de su ideal: la verdad. Este joven decidido a encontrarla no se detuvo ni siquiera ante los errores que pudo cometer, siempre contando con la honradez de su conciencia en sus acciones. El arrepentimiento y el reconocimiento de los fallos le dieron en su labor pastoral la humanidad necesaria para comprender a todos los seres humanos, en especial a sus hermanos en la fe.
La humanidad y el espíritu de tolerancia fueron dos rasgos destacados de la personalidad de Angelo Roncalli, aspectos que desde el inicio caracterizaron su misión apostólica y que él mismo supo convertir posteriormente en las señas de identidad de su papado. Así, el papa Juan XXIII, conocido popularmente como el «Papa bueno», contribuyó enormemente a fomentar el ecumenismo entre los cristianos y la educación para la paz entre todos los pueblos, y fue además el principal impulsor del Concilio Vaticano II, que supuso una importante renovación de la Iglesia católica.
El hombre, cuando es formado tempranamente en el valor de la vida, tiene elementos para la realización de la propia libertad y puede hacer que el mundo sea más justo. Un mundo, que reconozca la igualdad en dignidad y que respete la vida de todos.
Francisco nace en 1506 en el castillo de Javier (Navarra) y muere en una isla del mar de China en 1552, agotado tras diez años de febril actividad como misionero. Sus itinerarios de este tiempo podían dar varias vueltas al mundo. Una muestra de superación y valentía para quien sólo disponía de sus pies. No era Francisco un trotamundos; la razón de sus largas singladuras y caminatas era su decisión de «ayudar al prójimo» en la más profunda de sus necesidades y carencias, cual era el desconocimiento de Dios y de su enviado Jesucristo. Nunca se echó atrás por difícil o arriesgada que fuera la empresa. Y su secreto era que había puesto totalmente su confianza en Dios.
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En pleno siglo XX, J. R. R. Tolkien, un profesor de anglosajón e historia del Inglés en la universidad de Oxford, fue capaz de crear un extenso poema épico a partir de su propia imaginación. Tolkien había nacido en 1892 en Sudáfrica, y desde los cuatro años vivió en Inglaterra, hasta su muerte en 1973. Echaba de menos una mitología propia de su país, y decidió escribirla él mismo. En la epopeya que comenzó en 1914 entrelazó, con voluntad de tolerancia, historias de elfos, hombres, enanos, orcos, ents y hobbits desde el inicio mismo del mundo, como un grandioso homenaje a la patria que amaba entrañablemente y con una intención de conservación del patrimonio cultural. En esta biografía se cuenta cómo, alentado siempre por un espíritu de superación, se entrelazaron en su vida el trabajo del artista y escritor con el del padre de familia, estudioso de los idiomas, erudito y conferenciante.
Johann Sebastian Bach es para muchos el «padre» de la música. Sorprende que tras una vida corriente, llena de constantes sacrificios e incomprensiones, haya surgido una obra musical de alcance universal. La vida y la obra de este artista se caracterizan por un duro trabajo, un gran esfuerzo y unas ganas de superación que lo han convertido en un músico de los grandes. El estudio de su extenso trabajo contribuye a la conservación del patrimonio cultural contemporáneo. La intención de esta biografia es doble: en primer lugar, rendir homenaje a su persona; en segundo lugar, acercar su vida y su obra especialmente al público juvenil.
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