J.R.R. Tolkien. El mago de las palabras
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En pleno siglo XX, J. R. R. Tolkien, un profesor de anglosajón e historia del Inglés en la universidad de Oxford, fue capaz de crear un extenso poema épico a partir de su propia imaginación. Tolkien había nacido en 1892 en Sudáfrica, y desde los cuatro años vivió en Inglaterra, hasta su muerte en 1973. Echaba de menos una mitología propia de su país, y decidió escribirla él mismo. En la epopeya que comenzó en 1914 entrelazó, con voluntad de tolerancia, historias de elfos, hombres, enanos, orcos, ents y hobbits desde el inicio mismo del mundo, como un grandioso homenaje a la patria que amaba entrañablemente y con una intención de conservación del patrimonio cultural. En esta biografía se cuenta cómo, alentado siempre por un espíritu de superación, se entrelazaron en su vida el trabajo del artista y escritor con el del padre de familia, estudioso de los idiomas, erudito y conferenciante.
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Los tres pastorcillos de Fátima comenzaron sus vidas en la honradez de una vida sencilla, e hicieron de su labor de pastores un ejemplo de humanidad para sus familiares y compañeros.
La visita de la Virgen de Fátima supuso un reto de superación en su forma de entender su relación con Dios. Gracias a la confianza que demostraron en la Madre de Dios, hicieron llegar fielmente el mensaje que ella quería transmitir a toda la humanidad.
Johann Sebastian Bach es para muchos el «padre» de la música. Sorprende que tras una vida corriente, llena de constantes sacrificios e incomprensiones, haya surgido una obra musical de alcance universal. La vida y la obra de este artista se caracterizan por un duro trabajo, un gran esfuerzo y unas ganas de superación que lo han convertido en un músico de los grandes. El estudio de su extenso trabajo contribuye a la conservación del patrimonio cultural contemporáneo. La intención de esta biografia es doble: en primer lugar, rendir homenaje a su persona; en segundo lugar, acercar su vida y su obra especialmente al público juvenil.
Diego Rodriguez de Silva y Velázquez destaca ya de aprendiz por su genial talento y su enorme capacidad de trabajo. Sevilla habla del espiritu de superación del joven pintor abierto a lo mejor de las nuevas corrientes que llegan de Italia. Felpe IV le da protección y afecto y él le corresponde con una profunda lealtad, La corte se asombra ante sus cuadros y le aprecia por su alto sentido moral, su discreción, su ingenio. La obra de Velázquez es la de un humanista cristiano. El estudio de su obra nos permite disfrutar de la conservación del patrimonio cultural: sus ojos de pintor buscan en cada modelo la verdad y la humanidad en la que estriba su belleza.
Francisco nace en 1506 en el castillo de Javier (Navarra) y muere en una isla del mar de China en 1552, agotado tras diez años de febril actividad como misionero. Sus itinerarios de este tiempo podían dar varias vueltas al mundo. Una muestra de superación y valentía para quien sólo disponía de sus pies. No era Francisco un trotamundos; la razón de sus largas singladuras y caminatas era su decisión de «ayudar al prójimo» en la más profunda de sus necesidades y carencias, cual era el desconocimiento de Dios y de su enviado Jesucristo. Nunca se echó atrás por difícil o arriesgada que fuera la empresa. Y su secreto era que había puesto totalmente su confianza en Dios.
Bernadette Soubirous era la hija mayor de un humilde molinero. Con 14 años, el 11 de febrero de 1858, se le apareció una bella señora en una gruta de las afueras de Lourdes, cuando iba a buscar leña. La señora la citó varias veces consecutivas y le fue revelando poco a poco su mensaje y, finalmente, su nombre: la Inmaculada Concepción.
Bernadette, prácticamente analfabeta, pero muy piadosa y poseedora de una gran valentía, tuvo que sufrir mucho. Casi nadie le creía, pero ella mantuvo una firme lealtad y mostró sinceridad al transmitir el mensaje de la Señora.
En 1862 la Iglesia Católica dictaminó solemnemente la veracidad de las apariciones. Pronto estuvo levantada una basílica en honor a la Señoa.
En 1907, Pío X declaró la festividad de Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero) como fiesta universal de la Iglesia. Bernardette due canonizada por Pio XI el 8 de diciembre de 1933, día de la Inmaculada Concepción.
El hombre, cuando es formado tempranamente en el valor de la vida, tiene elementos para la realización de la propia libertad y puede hacer que el mundo sea más justo. Un mundo, que reconozca la igualdad en dignidad y que respete la vida de todos.
La humanidad y el espíritu de tolerancia fueron dos rasgos destacados de la personalidad de Angelo Roncalli, aspectos que desde el inicio caracterizaron su misión apostólica y que él mismo supo convertir posteriormente en las señas de identidad de su papado. Así, el papa Juan XXIII, conocido popularmente como el «Papa bueno», contribuyó enormemente a fomentar el ecumenismo entre los cristianos y la educación para la paz entre todos los pueblos, y fue además el principal impulsor del Concilio Vaticano II, que supuso una importante renovación de la Iglesia católica.
La vida de Carlos de Gante es la historia del joven príncipe a cuyas manos llegan las herencias de Fernando el Católico y Maximiliano I de Habsburgo. Convertido en Carlos I de España y V de Alemania, su liderazgo se traduce en una concepción imperial que le lleva a luchar con valentía por la unidad de Europa. Rey-soldado que encabeza sus tropas, recorre, una y otra vez, todos los caminos de España y Europa y cruza el Mediterráneo hasta Túnez y Argel. Es también el hombre de familia, enamorado de su mujer, la emperatriz Isabel, y preocupado por la formación de sus hijos, sobre todo, del que será su sucesor, Felipe II.
A los 58 años, cansado de la política y de la guerra, en un gran acto de responsabilidad, abdica de su corona y toma la decisión de retirarse al monasterio de Yuste. Le acompaña un pequeño séquito, en el que se enuentra don Luis de Quesada, su mayordomo y tutor de Jerónimo, un niño de orígenes misteriosos.
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