La programación para niños trasciende lo meramente técnico, convirtiéndose en una forma de alfabetización que les permite expresarse y relacionarse con el mundo que los rodea. En este libro, Marina Umaschi Bers propone enseñar programación desde la etapa preescolar como una manera de fomentar el desarrollo del carácter, el conocimiento y las habilidades técnicas. Al presentar la programación como un lenguaje universal, la autora muestra cómo los niños descubren nuevas formas de pensar, relacionarse y comportarse mediante actividades de programación creativa.
A lo largo de la obra, la autora ofrece ejemplos de niños y maestros que utilizan plataformas como Scratch Jr. y Kibo para evidenciar algunos de los valores implícitos en el proceso de aprendizaje de la informática. Un enfoque adecuado de la programación debe integrar los elementos de una educación moral: el empleo de narrativas para explorar la identidad y los valores, el desarrollo del pensamiento lógico para abordar críticamente y resolver problemas tanto técnicos como éticos, y la participación en experiencias comunitarias que favorezcan las relaciones personales.