Geografía del mundo actual-AZ
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Francisco nace en 1506 en el castillo de Javier (Navarra) y muere en una isla del mar de China en 1552, agotado tras diez años de febril actividad como misionero. Sus itinerarios de este tiempo podían dar varias vueltas al mundo. Una muestra de superación y valentía para quien sólo disponía de sus pies. No era Francisco un trotamundos; la razón de sus largas singladuras y caminatas era su decisión de «ayudar al prójimo» en la más profunda de sus necesidades y carencias, cual era el desconocimiento de Dios y de su enviado Jesucristo. Nunca se echó atrás por difícil o arriesgada que fuera la empresa. Y su secreto era que había puesto totalmente su confianza en Dios.
Ana nace en Frankfurt (Alemania) en 1929. Es la hija menor de Otto y Edith Frank, de origen judío. Siendo Ana muy pequeña, toda la familia debe escapar a Ámsterdam. Pero tampoco están a salvo en esta ciudad tras la invasión de Holanda por los nazis en 1940. Para no ser enviados a un campo de concentración, los Frank y algunos amigos se esconden en la Casa de Atrás, una especie de almacenes traseros del negocio de mermeladas del señor Frank.
Durante el encierro, Ana comienza su diario. En él describe con sinceridad la vida cotidiana, a veces muy difícil, entre los refugiados: el carácter de cada uno, las relaciones con sus padres y hermana, la manera de conseguir comida, los sobresaltos cuando temen ser descubiertos, el amor que llega a su corazón adolescente…
Es una narración llena de viveza y de confianza en el futuro, que demuestra la sensibilidad de esta niña de 15 años, que destacó por la superación del miedo y su compañerismo.
En pleno siglo XX, J. R. R. Tolkien, un profesor de anglosajón e historia del Inglés en la universidad de Oxford, fue capaz de crear un extenso poema épico a partir de su propia imaginación. Tolkien había nacido en 1892 en Sudáfrica, y desde los cuatro años vivió en Inglaterra, hasta su muerte en 1973. Echaba de menos una mitología propia de su país, y decidió escribirla él mismo. En la epopeya que comenzó en 1914 entrelazó, con voluntad de tolerancia, historias de elfos, hombres, enanos, orcos, ents y hobbits desde el inicio mismo del mundo, como un grandioso homenaje a la patria que amaba entrañablemente y con una intención de conservación del patrimonio cultural. En esta biografía se cuenta cómo, alentado siempre por un espíritu de superación, se entrelazaron en su vida el trabajo del artista y escritor con el del padre de familia, estudioso de los idiomas, erudito y conferenciante.
Diego Rodriguez de Silva y Velázquez destaca ya de aprendiz por su genial talento y su enorme capacidad de trabajo. Sevilla habla del espiritu de superación del joven pintor abierto a lo mejor de las nuevas corrientes que llegan de Italia. Felpe IV le da protección y afecto y él le corresponde con una profunda lealtad, La corte se asombra ante sus cuadros y le aprecia por su alto sentido moral, su discreción, su ingenio. La obra de Velázquez es la de un humanista cristiano. El estudio de su obra nos permite disfrutar de la conservación del patrimonio cultural: sus ojos de pintor buscan en cada modelo la verdad y la humanidad en la que estriba su belleza.
Los tres pastorcillos de Fátima comenzaron sus vidas en la honradez de una vida sencilla, e hicieron de su labor de pastores un ejemplo de humanidad para sus familiares y compañeros.
La visita de la Virgen de Fátima supuso un reto de superación en su forma de entender su relación con Dios. Gracias a la confianza que demostraron en la Madre de Dios, hicieron llegar fielmente el mensaje que ella quería transmitir a toda la humanidad.
La humanidad y el espíritu de tolerancia fueron dos rasgos destacados de la personalidad de Angelo Roncalli, aspectos que desde el inicio caracterizaron su misión apostólica y que él mismo supo convertir posteriormente en las señas de identidad de su papado. Así, el papa Juan XXIII, conocido popularmente como el «Papa bueno», contribuyó enormemente a fomentar el ecumenismo entre los cristianos y la educación para la paz entre todos los pueblos, y fue además el principal impulsor del Concilio Vaticano II, que supuso una importante renovación de la Iglesia católica.
La vida de Julio César representa el liderazgo de un hombre que llevő al Imperio Romano a una gran expansión territorial y cultural. Su decisión en la conquista de las Galias inspiró en las fieles legiones que lo seguían el valor necesario para la lucha. Pero Julio César no se detuvo en las Galias, sino que, llevado por su afán de superación, legó a cónsul de Roma y realizó importantes reformas que llevaron a la República romana a uno de los mejores momentos de su historia.
La vida de Carlos de Gante es la historia del joven príncipe a cuyas manos llegan las herencias de Fernando el Católico y Maximiliano I de Habsburgo. Convertido en Carlos I de España y V de Alemania, su liderazgo se traduce en una concepción imperial que le lleva a luchar con valentía por la unidad de Europa. Rey-soldado que encabeza sus tropas, recorre, una y otra vez, todos los caminos de España y Europa y cruza el Mediterráneo hasta Túnez y Argel. Es también el hombre de familia, enamorado de su mujer, la emperatriz Isabel, y preocupado por la formación de sus hijos, sobre todo, del que será su sucesor, Felipe II.
A los 58 años, cansado de la política y de la guerra, en un gran acto de responsabilidad, abdica de su corona y toma la decisión de retirarse al monasterio de Yuste. Le acompaña un pequeño séquito, en el que se enuentra don Luis de Quesada, su mayordomo y tutor de Jerónimo, un niño de orígenes misteriosos.
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La vida de Agustin de Hipona consistió en la superación continua de todo aquello que lo apartaba de su ideal: la verdad. Este joven decidido a encontrarla no se detuvo ni siquiera ante los errores que pudo cometer, siempre contando con la honradez de su conciencia en sus acciones. El arrepentimiento y el reconocimiento de los fallos le dieron en su labor pastoral la humanidad necesaria para comprender a todos los seres humanos, en especial a sus hermanos en la fe.
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