Rumbo al año 2000 y al tercer milenio, se nos exhorta a empeñarnos en fundar una civilización del amor. Pero el terreno no está vacío. También hoy como en toda época se plantea, aunque en términos propios, el enfrentamiento de las dos ciudades a las que se refieren el Apocalipsis y san Agustín. El terreno está ocupado en nuestros tiempos por una civilización feroz -cultura de la guerra y de la muerte- que nació de la apostasía de las naciones católicas, apartándose y renegando de los caminos de la caridad. Su antagonismo con la civilización del amor es ingénito. Y así como la Iglesia es experta en humanidad, la civilización de la acedia es experta en provocar y propagar la apostasía, y por ende la deshumanización. A pesar de lo útil que puede resultarnos, por estos motivos, recuperar la operatividad profética del tradicional concepto de acedia, no se suele hablar de ella. Muchos fieles, religiosos y catequistas incluidos, nunca o rarísima vez la oyeron nombrar, y pocos sabrán explicar en qué consiste. Y aun los enterados no le ven mayor valor que a nivel de una moral privatista. Sin embargo, la acedia -poco importa que no se la sepa reconocer ni nombrar- es una atmósfera que nos envuelve sin advertirla. Se la puede encontrar en todas sus formas: en forma de tentación, de pecado actual, de hábito extendido como una epidemia, y hasta de cultura con comportamientos y teorías propias que se transmiten por imitación o desde sus cátedras, populares o académicas. Si bien se mira, la nuestra puede describirse como una verdadera y propia civilización de la acedia. Esto es lo que apunta a mostrar este ensayo de teología espiritual y pastoral, que tiene, por eso, también mucho de teología de la historia y de interpretación profética del present
En mi sed me dieron vinagre – la civilización de la acedia. P. Horacio Bojorge
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¿Cómo ser felices y hacer felices a los demás?
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La figura de Jesucristo nos enseña a ser protagonistas de nuestras vidas, a reconocer y aprovechar nuestras limitaciones, y a salir al encuentro del otro.
En este libro se describen pautas para —con tiempo y gracia— alcanzar la armonía personal y avanzar con eficacia en la búsqueda de la felicidad: cómo mejorar la propia personalidad, la autoestima y la virtud.
Brinda consejos sobre cómo vivir una vida más feliz y más coherente, y adquirir una mayor empatía con quienes nos rodean, en especial con nuestra propia familia, en el entorno del hogar.
Mónica Astorga Cremona es una monja carmelita que vive en un convento de su congregación a las afueras de la ciudad de Neuquén, Argentina.
Desde hace más de nueve años dedica gran parte de su tiempo a las mujeres trans que acuden a ella en busca de auxilio. Como una madre, Mónica lucha para que cada una recupere su dignidad, abandone la prostitución y pueda tener una vida digna.
Con una sonrisa serena las lleva a Dios, a quien descubren como un gran Padre y Consolador. Su actividad ha suscitado aplausos y condenas. Sin embargo, ella sigue adelante: sabe que la misericordia de Dios es infinita y que Él no hace acepción
de personas.
«Bernardita era una nena como cualquiera. Un día, María, la mamá de Jesús, se le apareció en una gruta y le habló con mucha dulzura.
¿Te imaginas qué lindo sería tener a Bernardita como amiga?
Te contaremos su vida y sabrás que ella siempre está muy cerquita de quienes le piden con un corazón confiado.
¡Abre este libro! Conoce más a Santa Bernardita y ella se convertirá en tu santa amiguita.
En las últimas páginas, los padres y maestras podrán leer una breve biografía de la santa con muchas anécdotas divertidas para contarles a los más pequeños.»
Todos queremos ser felices. En el intrincado recorrido que esto conlleva, solemos encontrarnos con un tono emocional que tiñe las relaciones humanas: el resentimiento. Se extiende en conversaciones críticas, en quejas, lamentaciones y pensamientos negativos. Pero también afecta a las amistades, familias y matrimonios. El germen del resentimiento es capaz de ir sembrando un afán de reivindicación o de venganza, provocando problemas sociales, laborales y personales.
Este libro aborda la entramada problemática del resentimiento y la simpleza que otorga el perdón para salir de él. El perdón —cuyo estudio resulta más fácil que su práctica— se nos presenta como un recurso liberador mientras buscamos la felicidad
¿Qué es el cielo? ¿Qué es el infierno? ¿Existe el demonio? ¿Son realidades de nuestra existencia o simple charlatanería? La autora investiga y profundiza la realidad sobrenatural del cielo y el infierno. Nos descubre, con sorprendente facilidad, todo lo que el catolicismo explica al respecto, incluyendo entrevistas a renombrados exorcistas del Vaticano y testimonios sobrecogedores de personas que han sobrevivido para relatarnos lo que experimentaron sobre «el más allá».
¿Qué es el amor? ¿Qué papel juegan los sentimientos en la vida? ¿Cómo ser fieles cuando cuesta amar?
Toda pregunta sobre el amor encuentra respuesta y realización plena en Dios, que es amor. Se trata de escuchar a Jesús que nos dice “Como yo los he amado” (Jn 13, 34).
Amar y sentir a Dios busca responder a una pregunta del papa Francisco: “¿Cuál es la materia más importante que hay que aprender en la vida? Aprender a amar”.
Para esto analiza la relación entre amor y sentimientos, y propone orientaciones prácticas para la integración armónica de los afectos de la vida del cristiano.
La vida de Agustin de Hipona consistió en la superación continua de todo aquello que lo apartaba de su ideal: la verdad. Este joven decidido a encontrarla no se detuvo ni siquiera ante los errores que pudo cometer, siempre contando con la honradez de su conciencia en sus acciones. El arrepentimiento y el reconocimiento de los fallos le dieron en su labor pastoral la humanidad necesaria para comprender a todos los seres humanos, en especial a sus hermanos en la fe.
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